
Estrés
El hombre moderno debe tener una capacidad de aprendizaje mayor de la que haya tenido nunca, pues ahora hay más para aprender. El hombre moderno tiene que capacitarse para adaptarse a situaciones nuevas todos los días, debido a lo rápido que cambia el mundo. Es un gran desafío. Un gran desafío, si es aceptado, contribuye en gran medida al desarrollo de la conciencia. Uno puede decir que el hombre moderno se vuelve completamente neurótico o que la gran presión lo transforma, de acuerdo con el punto de vista que uno asuma. Una cosa es segura: no hay forma de volver atrás. La estimulación sensorial continuará aumentando más y más. Recibiremos más y más información, y la vida seguirá cambiando a ritmos más y más veloces. Y tendremos que poder aprender, adaptarnos a cosas nuevas.
Tomado de “El libro de los secretos. OSHO”
La palabra estrés se ha hecho muy famosa en los últimos años. No existe un solo ser humano de nuestra civilización que no la haya usado. El comercio obtiene ganancias astronómicas vendiendo productos y servicios que ofrece como la solución mágica para el control del estrés, la Medicina ha reconocido su importancia en el desarrollo de enfermedades y los gobernantes observan su influencia en el devenir de la sociedad; se comienzan a buscar soluciones, al llamado MAL SIGLO XXI que solo llegarán a tener relevancia en el momento en que cada persona asuma su responsabilidad en convertirse en un INDIVIDUO, de otra manera todas las medidas que se tomen a nivel global para su control no serán más que paños de agua tibia que solo beneficiarán a todos aquellos a quienes les conviene que la humanidad continúe siendo NEURÓTICA.
Según La Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), el estrés es «el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción». Para Richard Lazarus es «el resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquél como amenazante, que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar».
Para muchos, el famoso término estrés se relaciona con una sensación de angustia y rigidez en el cuello, que ellos piensan se resolverá con una ida al spa o con una salida al campo, pero el ESTRÉS es mucho más que eso, es un enemigo oculto que va alterando la salud segundo a segundo.
El Dr. Hans Selye, pionero en las investigaciones sobre el estrés, lo define como «una respuesta corporal no específica ante cualquier demanda que se le haga al organismo, excediendo la demanda externa los recursos disponibles del ser humano.» Esta respuesta es parte normal de la preparación del organismo para el enfrentamiento o para la huida. Así por ejemplo, las pupilas se agrandan para mejorar la visión y el oído se agudiza, los músculos se tensan para responder al desafío, la frecuencia cardiaca y respiratoria aumentan de manera que la sangre es bombeada en forma más abundante y rápida para aumentar la llegada de oxigeno a las células y favorecer la demanda de la respuesta al peligro. Para ello la sangre es dirigida a áreas prioritarias, como lo son corazón, pulmones, riñones, hígado, músculos grandes y el cerebro. Funciones no prioritarias en ese momento, como la digestión y la circulación periférica son disminuidas en forma dramática.
La respuesta anteriormente mencionada, fue desarrolla por el hombre prehistórico para permitirse SOBREVIVIR ante cualquier amenaza, una fiera que lo iba a atacar o una avalancha que lo amenazaba, hoy esta respuesta nos sirve para esquivar un carro al pasar la avenida o para sostener a un nuestro hijo y prevenirle una caída, en este caso el organismo entiende que el estado de alerta ha terminado y continua con su funcionamiento normal. El problema es que el ser humano actual vive continuamente en respuesta de AMENAZA-HUIDA, así que mantiene su organismo en alerta sostenida o en ESTRÉS CRÓNICO por situaciones como las deudas, su estabilidad laboral, su relación de pareja, su estado financiero, el comportamiento de sus hijos, el exceso de trabajo; estas situaciones en los adultos y en los niños el desempeño escolar, el cumplir con las demandas extracurriculares y el ser aceptado por su grupo, entre otras.
Cuando un ser humano vive continuamente en estado de alerta o estrés Crónico, según explica la PSICONEUROINMUNOENDOCRINOLOGIA el cerebro produce sustancias químicas( neurotransmisores) que se trasmiten al cuerpo, como si fueran los mensajeros de nuestros pensamientos. Estas sustancias son diferentes de acuerdo a lo que estemos pensando, cuando tenemos pensamientos agradables, positivos y magníficos nuestro cerebro produce sustancias que nos hacen sentir felices, se activa el sistema parasimpático que es parte del sistema nervioso y que influye en la relajación total del organismo, las glándulas de todo el cuerpo producen sus hormonas adecuadamente, y el sistema inmunitario funciona a todo vapor. Por lo contrario si tenemos pensamientos de rabia, odio, inseguridad y fracaso el cerebro produce ACTH, se activa al sistema simpático responsable de la respuesta de estrés-huida-amenaza, las glándulas suprarrenales producen cortisol y el organismo realiza los cambios fisiológicos que citamos al comienzo, apareciendo la hipertensión, el hipotiroidismo, la gastritis, los dolores musculares, las alergias, la depresión y el cáncer entre otras.
Las investigación ha demostrado que podemos hacer que nuestros cuerpos enfermen simplemente al evocar un recuerdo triste o al estar pensando con temor hacia el futuro. En ambos casos son nuestros pensamientos los que crean potentes sustancias químicas de estrés para alterar la mayoría de los sistemas de nuestro cuerpo. Así que nuestros pensamientos influyen directamente en nuestra salud y en nuestro estado de calma o de relajación.
Mucha gente se hace adicta al estrés, comentan que les encanta trabajar bajo presión y que consideran que lo hacen mejor, pero quizás aún no comprendan que le está sucediendo a su cuerpo, al someterlo continuamente a este gran esfuerzo.
¿Cuál es entonces la solución? es DESPERTAR y dejar de ser el propio verdugo, comenzar a ser el observador de los pensamientos y romper el ciclo pensamiento, sentimiento y emoción. La meditación y la terapia permiten de forma efectiva romper estos ciclos generadores de ESTRÉS, trayendo salud y paz al individuo.
Dra Zamira López.
Para más información ver el concepto de EGO, MENTE Y EMOCIONES.
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