Psicoanálisis y Homeopatía
Mi concepción de psicoanálisis durante el pre grado, fue el relacionar esta área con psiquiatras quienes luego de 5 años de preparación, decidían enfrentarse a la desafiante tarea de entender al ser humano y brindarle su ayuda en busca de la salud mental. Al escuchar hablar sobre psicoanálisis en la fundación Hahnemann durante la evaluación de casos clínicos, sentí la necesidad de aproximarme al tema con la prudencia que manifiesta aquel que se considera incapaz de abordar tan amplio tema en tan corto tiempo.
Incapacidad que comenzó a desdibujarse una vez iniciado el curso, El Psicoanálisis era deconstruirse, era un proceso de ir retirando cuidadosamente la arena en busca del tesoro más preciado, la esencia del ser. Mi objetivo era aprendeher este conocimiento para luego ayudar a mis pacientes, pero como acostumbran a hacerlo los estudiantes de psicoanálisis, el proceso debía comenzar en mí. Cada clase era una confrontación en referencia a lo que sentía, a lo que había vivido y seguía viviendo, ¿qué es lo que oculto?, ¿por qué reprimo? ¿qué significará el sueño de ayer, que es en verdad lo que estoy sintiendo, cuál es el origen de este temor?
La teoría Freudiana cada vez se fue volviendo más asequible, la discusión de casos clínicos comenzaban a hacerse más evidentes, el edipo, el incesto, encontraban su encaje adecuado en la vida de cada paciente y en la elección de su medicamento. Mi historia personal no se escaparía de la asociación planteada por el gran maestro y las preguntas planteadas por mi terapeuta resultaban coherentes.
Una explosión de conocimiento llegó a mi con las lecturas de Fromm, surgió la posibilidad de asociar filososofía occidental y oriental al lado de la sociología, este hallazgo me hizo ir más allá de mis expectativas. Es el momento en que comienzo a evaluar mi vida, a recordar aquellos dolores profundos de la infancia y de la adolescencia descubriendo el aporte de mi grupo social, es el momento de reconocer el pensamiento de mis padres, maestros y amigos, pensamiento lleno de temor cuya única recomendación estaba dada en ACUMULAR: conocimientos, cualidades, destrezas, todo en aras de ir de la mano con el rodar de este mundo, donde quien no tiene los suficiente muere en el intento de sobrevivir.
El ángulo de mi visión cambió, estaba descubriendo mis motivantes, pero no podía olvidar a la gente que a diario se aproximaba para buscar mi ayuda, es entonces cuando todo comentario y proceder comenzó a ser analizado; ¿qué estará detrás de su comportamiento? ¿en qué momento surgió? ¿Cuáles son sus motivaciones inconscientes? ¿qué quiere expresar a través de ese síntoma en su cuerpo? y tras un centenar de preguntas surgió una única respuesta, la palabra mágica era TEMOR. Temor que se convierte en conductor de nuestra existencia, dejándonos ver un rango mermado de la realidad y que oculta el más esplendoroso espectro de luz. Identificado el problema era más fácil buscar la solución.
Un gran respeto por la individual de cada ser, surgió al comprender que cada uno diseña su camino para descubrir sus temores, aunque mi deseo es que ese camino se haga corto para que pueda recorrerse en el menor tiempo posible, la realidad me muestra que cada cual decide cual ha de ser su ruta y la velocidad a recorrerla, en este punto aún me siento inconforme, quisiera que para todos fuera rápido y surge de nuevo una pregunta ¿por qué deseo que todo se haga a mi velocidad?
Hoy terminado el curso de psicoanálisis, agradezco a la vida esta inmensa oportunidad, continuaré estudiando y observando mi vida y la de los demás con el objetivo de ser libre y ayudar a otros a serlo.
Dra. Zamira López.